martes, 31 de julio de 2012

El camino a Oxapampa

Había dicho en el texto anterior que Oxapampa, una de las provincias de la región Pasco, ameritaba un post aparte. Obvio, su riqueza turística -también típica de ceja de Selva, rodeada de montañas, colinas y abundante vegetación- no es susceptible de agotarse en uno o dos párrafos.

Pero vamos por partes. Quienes hayan recorrido la Selva Central de Junín y tengan planeado ir hacia 'Oxa' (como se le conoce en el argot popular), en Chanchamayo hay servicios de transporte turístico que parten desde el centro de la ciudad, y por una tarifa accesible que bordea los S/.20 (US$ 7) van hacia este destino. Los buses son limpios y decentes, incluye guía (no en todos los casos, ojo) y paradas en miradores que hay en la ruta. Para los aficionados y amantes de la fotografía de paisajes, este último detalle es vital, pues el potencial gráfico que ofrece el valle durante el trayecto es inagotable.

En promedio, llegar a Oxapampa desde Chanchamayo toma unas dos horas. El camino que sigue el bus es la carretera Anatolio Toledo (llamada así en homenaje al padre del ex presidente, fallecido el mismo día en que se inauguró la obra, hace como siete años atrás), una vía bien hecha, asfaltada y que permite un viaje sin mayores sobresaltos.

Dejo un pequeño video que preparé con un extracto de la ruta. Verán que en el camino es posible observar las viviendas construidas al estilo tirolés, hechas de madera y con techos a dos aguas. No es para menos: hablamos de una ciudad que desde su fundación, el 30 de agosto de 1891, acogió a familias alemanas y austríacas que se trasladaron desde Pozuzo. Lo mejor de todo es que sus descendientes permanecen hasta hoy.

Volveré próximamente con otro post de Oxapampa. Enjoy!



lunes, 23 de julio de 2012

Chanchamayo, esencia de Selva

Dese un salto por La Merced o San Ramón y compruebe que la naturaleza es bendita. Aroma a café, colinas verdes e interminables, campiñas extensas y llenas de frutos del campo, cataratas que vierten agua cristalina y biodiversidad en su máxima expresión. Alístese para una quimérica travesía por el corazón de la Selva Central.

Extensas campiñas y colinas verdes. Vegetación por doquier. Chanchamayo es un paraíso que destaca por su biodiversidad y por ser un destino perfecto para ecoturistas. (Click en la imagen para verla mejor)

 ¿Harto del estrés de Lima? Tiene que venir aquí. Una escapada a Chanchamayo será suficiente para cambiar de aires y, mejor aún, de panorama. Imagine los miles de edificios reemplazados por profusas colinas verdes; la caótica vía expresa convertida en una extensa campiña de cultivo  y el incesante bullicio capitalino suplido por frescos y melodiosos cantos de exóticas aves.

Eso es Chanchamayo. Esencia de selva. Pero no de cualquiera: de selva central. Ubicado en plena región Junín, es un excelente destino para las fiestas patrias que están a la vuelta de la esquina. Vale la pena animarse a recorrer este paraíso verde.

A SU MERCED
La Merced no solo es capital de Chanchamayo, también es la Capital Cafetalera del Perú. Precisamente, su generosa y nutrida vegetación y el ineludible aroma a café (ver apunte al final) son dos atributos que invitan a conocerla.

Atractivos obligados para comenzar la travesía son el puente colgante Kimiri, construido en 1905; el perfil del indio Juan Santos dormido, formado por la conjunción de dos cerros de alta pendiente, y el mirador Villa Progreso, desde donde es factible obtener una privilegiada vista de la unión de los ríos Perené y Chanchamayo.

Asignatura obligatoria también es visitar dos de las más emblemáticas caídas de agua de la región: la catarata de Bayoz y Velo de la Novia. Ambas se encuentran a 31 kilómetros de la ciudad de Perené —a 20 minutos de La Merced— y cuentan con caídas de agua cristalina, proveniente del río Bayoz, que superan los 60 y 120 metros de altura respectivamente. La zona es ideal para acampar.

Otro punto fijo en el itinerario debe ser el jardín botánico El Perezoso. Este complejo ecológico posee más de 20,000 especies de flora, entre las que destacan plantas medicinales y ornamentales como orquídeas, bromelias, crotones, cedro caoba, tornillo, moena, pino chuncho, uña de gato, sangre de drago, bejucos, ayahuasca, zarzaparrilla, cascarilla y aguaje. Los duchos guías se encargarán de facilitarle la explicación respectiva.

A 18 kilómetros de La Merced, se encuentra la comunidad Pampa Michi, conformada por familias de la etnia Ashaninka. Si usted es de los que se aventura a interactuar con los nativos, esta es una inmejorable oportunidad. Pareciera como si el tiempo no hubiera pasado para ellos. Mantienen sus costumbres y no están contaminados de la modernidad. Visten las típicas túnicas pintadas a mano, llamadas cushma, como las que usaban sus antepasados.

Por último, su primer recorrido podría finalizar visitando la caverna La Olada, a 20 kilómetros de Perené. Se trata de una formación en cuyo interior pueden observarse estalactitas y estalagmitas. Tiene una garganta de 35 metros de altura por 40 de ancho y 1,500 metros de profundidad. Si le asustan los murciélagos, piénselo dos veces antes de entrar.

ENTRADA DORADA
El viaje debe continuar, sí o sí, por San Ramón, uno de los seis distritos que conforman la provincia de Chanchamayo. Conocido como La Puerta de Oro de la Selva Central, este pequeño y pintoresco pueblo es el núcleo del movimiento de la región.

Rodeado de cerros llenos de vegetación y propenso a muchas lluvias durante el invierno, San Ramón se las ingenia para gozar de una importante producción agrícola y ganadera. La más próspera de la zona.

Su primer stop debe hacerlo en el Área Natural Protegida de Pampa Hermosa, a 24 kilómetros de la ciudad. Este bosque, hoy Santuario Nacional, tiene una superficie de 11,543 hectáreas y es hábitat de uno de los árboles milenarios conocido por los pobladores locales como "el abuelo": el cedro gigante, de 38 metros de altura por 20 de diámetro y 300 años de antigüedad.

En ese espacio natural también encontrará flora y fauna típica de selva alta. Gallitos de las rocas, osos de anteojos, tucanes, tigrillos, mariposas, helechos y orquídeas son algunos ejemplares con los que se cruzará, amén de los miradores naturales, cataratas y otras bondades que descubrirá allí.

Pero el espectáculo natural no acaba allí. El siguiente punto del trayecto debe ser la catara El Tirol, a cinco kilómetros de San Ramón. Sus 35 metros de altura ostentan una furiosa caída de agua cristalina con tonos de verde esmeralda que toma prestados de la selva. Flora asombrosa y magnífica adorna y acompaña el paisaje: lianas, helechos, orquídeas, palmeras y frondosos árboles.

San Luis de Shuaro podría ser su siguiente parada si plantea conectar con otro destino. Ocurre que este es el distrito con menos desarrollo en toda la provincia y solo posee las cataratas de Sanshirio como máximo atractivo. Eso sí, es el primer pueblo que aparece en el desvío a Oxapampa y por tal razón es muy transitado. ¿Oxapampa? Sí. Más Selva Central para disfrutar. Pero esa es otra historia que amerita otro post.

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Ruta del placer
Mención aparte merece una propuesta turística impulsada por el  Gobierno Regional de Junín, pero poco aprovechada por los operadores locales: la Ruta del Café. Como buen productor del grano, Chanchamayo alberga una serie de fundos que conforman un atractivo circuito ideal para ecoturistas ávidos de experiencias ligadas a la naturaleza. El Fundo Brasil y el Fundo Monterrico son dos puntos obligatorios en este camino. Se trata de construcciones del siglo XIX que aún mantienen la arquitectura de la época y en donde el apego a la tradición se evidencia también en la forma de cultivar el café. Por supuesto, las variedades de la semilla están a la orden del día: borbon rojo, azul y el café redondo.

El recorrido finaliza en la planta de procesamiento Chanchamayo Highland Coffee, compañía que exporta el grano a Italia, Finlandia, Suiza, Francia y Alemania. Solo por mencionar algunos mercados.

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Datos útiles

Ubicación: Chanchamayo es una de las provincias que conforman el Departamento de Junín. Limita al norte con Pasco, al este con Satipo, al sur con Jauja y al oeste con Tarma.

Clima: Los valles de Chanchamayo y Satipo (selva baja) tienen un clima tropical, cálido y húmedo, con una temperatura promedio de 24°C (75ºF), una máxima de 32°C (90ºF) y una mínima de 14°C (57ºF). La temporada de lluvias va de octubre a abril, por lo que se recomienda viajar entre mayo y setiembre.

Cómo llegar: Vía terrestre (la más tradicional) desde Lima, el viaje dura entre siete u ocho horas, tomando la carretera central y pasando por Chosica, San Mateo, Infiernillo, Ticlio, La Oroya, y Tarma.


Comparto algunas de mis fotografías. Hagan click sobre la imagen para visualizarlas mejor.


Plaza de Armas de Chanchamayo

Puente colgante Kimiri, construido en 1901 por los pobladores de la zona con el afán de comunicar ambas márgenes del río Chanchamayo.

Tiene una longitud de 75 metros y su arco principal, construido con cal y canto tiene una puerta de acceso de 4 metros de alto.

Perfil del nativo dormido. Al observar la silueta que forman las montañas es posible apreciar el rostro, torso y parte inferior del un cuerpo. Algunos pobladores refieren que se trata del perfil de Juan Santos Atahualpa.


Confluencia de los ríos Chanchamayo y Paucartambo. Está en el anexo de Villa Progreso.

Turistas moviéndose al ritmo de las danzas de la comunidad nativa de Pampa Michi.

Río Chanchamayo

Catarata de Bayoz, en el distrito de Perené. Está compuesta por dos saltos de agua que en total suman 60 metros.

En las altas paredes rocosas de la catarata se puede practicar descensos de rappel.

Planta de algodón.

Otra catarata: Velo de la novia. También en Perené. 120 metros de caída de agua, que para contemplarla mejor es necesario descender hasta el Cañon de Yurinaki.


Panorámica del valle de Chanchamayo. Queda claro por qué se le llama "ceja de Selva".


Por fortuna, las pistas y carreteras en Chanchamayo están en óptimo estado. Recorrer la región en auto es más cómodo que hace 10 años.



domingo, 22 de julio de 2012

Para todos los gustos, Huaraz

Ciudad como pocas. Poseedora de un potencial turístico capaz de satisfacer al más exigente viajero. Así es la capital de Ancash: un cóctel de deslumbrantes paisajes, privilegiada fauna y flora, cristalinas lagunas, imponentes nevados y restos arqueológicos

Panorámica de Huaraz desde el mirador de Rataquenua. El nevado Huascarán protege a 'su' ciudad.

Hay un destino, en plena sierra noroccidental del Perú, que fusiona la armonía de los paisajes naturales con el vértigo de la aventura: Huaraz. A 3,080 metros sobre el nivel del mar se erige esta ciudad, emplazada en el corazón del pintoresco valle del Callejón de Huaylas, que discurre entre la majestuosidad de las cordilleras Blanca y Negra y el abundante caudal del serpenteante río Santa.

Huaraz es la capital del departamento de Ancash y constituye uno de los puntos turísticos más importantes de los Andes peruanos. Su geografía urbana contrasta tajantemente con las edificaciones de adobe y tejas que son típicas de las localidades de la serranía. Y es que luego del descomunal terremoto del 31 de mayo de 1970, toda la zona devastada experimentó un rediseño total, y ello le dio aires de modernidad propios de Lima. Hoy, solo la calle José Olaya, del barrio de La Soledad, conserva rezagos del antiguo aspecto de la ciudad. 

AMISTAD INTERNACIONAL
A partir de la colaboración extranjera que recibió para socorrer a las víctimas de aquel desastre, Huaraz se hizo conocida como la Capital de la Amistad Internacional. Y es lo que es. Pues la ciudad pone a disposición del viajero una amplia gama de posibilidades orientadas a satisfacer sus expectativas; desde alternativas para el relajo y tranquilidad, hasta paquetes turísticos para los más avezados amantes de la adrenalina.

Tanto la ciudad de Huaraz como los otros pueblos del Callejón de Huaylas —Recuay, Carhuaz, Caraz y Yungay— cuentan con una eficiente y variada red de hospedajes. Es posible encontrar hoteles y hostales de diversas categorías. Además, existen casas particulares —autorizadas por el municipio— que ofrecen alojamiento a precios módicos.

Si usted es un viajero que llegó a Huaraz, quizá acompañado por su familia, y tiene la intención de recorrer la ciudad, una opción podría ser empezar por el Museo Arqueológico de Ancash. Ubicado frente a la Plaza de Armas, este recinto exhibe una importante colección de figuras de piedra de la cultura Recuay, así como piezas de cerámica y textiles de las culturas Chavín, Mochica, Huari y Chimú.

Como segundo paradero, podría escoger la casa del patrono de la ciudad: la iglesia del Santuario del Señor de la Soledad. Esta edificación levantada tras el terremoto del 70 alberga la reverenciada imagen del Cristo, que data del siglo XVI, y otras efigies religiosas como El Nazareno y el Señor de la Resurrección.

A dos kilómetros al este se encuentran los restos arqueológicos de Waullac, otra opción no menos interesante para continuar su travesía. Compuesto por cinco estructuras de piedra en forma de nichos, el lugar se asemeja a un antiguo cementerio preincaico perteneciente al período Huari. Y qué mejor final para el periplo que una vista panorámica de todo Huaraz. Para ello hay que movilizarse hasta el mirador de Rataquenua, a siete kilómetros al este.

En los alrededores del Callejón de Huaylas también hay un completo circuito turístico que se recomienda no dejar pasar. Se trata de Recuay, Aija, Marcará, Carhuaz, Mancos, la histórica Yungay y Caraz, destinos que permiten al viajero tomar contacto directo con las bellezas naturales, la cultura y el folclor local.

Y cómo dejar de dar una vuelta por la quebrada de Llanganuco —famosa por sus dos lagunas, Warmicocha y Orconcocha, ambas de agua color verde turquesa—; por el Parque Nacional Huascarán, una de las áreas naturales protegidas más importantes del país, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 1985; y por el complejo arqueológico Chavín de Huántar, legado histórico de los hombres Chavín donde se puede apreciar recintos piramidales, templos, galerías, esculturas líticas de gran valor artístico y simbólico, como las cabezas clavas, y el lanzón monolítico.

DE LA ARMONÍA AL VÉRTIGO
Huaraz también es sinónimo de aventura. Los glaciares de la imponente cordillera Blanca son perfectos para la práctica del andinismo, sobre todo entre mayo y setiembre, y el esquí. Los versados devotos de este deporte pueden demostrar sus habilidades en los nevados de Pastoruri, Copa, Hualcán, Huascarán y Vallunaraju.

Los ciclistas de montaña encontrarán una gran variedad de senderos prehispánicos donde es imposible no apreciar la flora, la fauna, los picos imponentes, las quebradas y los cañones profundos. Los aficionados a la caminata también tienen rutas para escoger. En tanto, el río Santa, aquel que atraviesa todo el Callejón de Huaylas, es ideal para la práctica del canotaje y el kayac.

Como se ve, hay Huaraz para todos los gustos.

Datos de interés

Ubicación: Huaraz se encuentra al sureste de la provincia del mismo nombre, en el Departamento de Áncash, y a 407 kilómetros al norte de Lima.

Clima: Presenta un clima templado de montaña tropical, soleado y seco durante el día y frío durante la noche, con temperaturas medias anuales entre 11°-17° C y máximas absolutas que sobrepasan los 21° C. La temporada de lluvias va de diciembre a marzo, por lo cual se recomienda viajar entre abril y noviembre.

Cómo llegar: Desde Lima hay dos opciones. Vía terrestre, en transporte interprovincial, el viaje dura unas 7 horas. También se puede llegar vía aérea, hacia el aeropuerto de Anta, en un trayecto que dura entre 45 minutos y 1 hora en LC Perú, la única compañía que opera hacia este destino.


Comparto algunas fotografías que tomé en un par de viajes que hice a Huaraz.


Laguna Querococha, a 3.980 metros sobre el nivel del mar. Uno de los atractivos obligatorios.
  

En los alrededores de la laguna encontrará a estos pequeñines, ovejita en mano, para la foto respectiva.


Sitio arqueológico Chavín de Huántar, otrora capital de la cultura Chavín.

Las estructuras del complejo fueron construidas enteramente en piedra, muchas de ellas granito blanco.

Dicen que en su origen, Chavín fue un centro de culto y sus templos tenían carácter sagrado.


Una de las típicas cabezas clavas Chavín, empotrada en uno de los muros del templo.

La laguna de Llanganuco y sus aguas turquesas es otro de los atractivos obligatorios. Está en el Parque Nacional Huascarán.

Entrada al Campo Santo de Yungay. Aquí yacen los restos de lo que fueron las ciudades de Yungay y Ranrahirca, sepultadas por el alud de nieve que ocurrió producto del terremoto del 31 de mayo de 1970.

Obelisco que conmemora a los 25.000 moradores que fallecieron aquel fatídico día.

Lleve, lleve, caserito su videito de la avalancha a full color.

Los paisajes impactantes de la Cordillera Blanca se dejan ver más generosos camino al nevado Pastoruri. 

El primer tramo de ascenso al nevado se hace a caballo. También lo puede hacer a pie, pero se recomienda guardar energías.

Tras unos 15 minutos de subida a caballo, toca hacerlo a pie. El trayecto es largo, de aproximadamente 1,5 kilómetros.

Los pequeños (y obligatorios) descansos que se tome entre subida y subida aprovéchelos no solo para comer chocolate o caramelos de limón, sino también para inmortalizar postales de la Cordillera Blanca.

He aquí la bienvenida al Pastoruri. 5.000 metros sobre el nivel del mar.


Es cierto. El volumen de nieve ha descendido comparado con lo que era hace 20 o 30 años atrás, pero sigue siendo un bastión turístico.


En 1995, la superficie glaciar del nevado era de 1,8 kilómetros cuadrados. Para 2005, sólo era de 1,1.

El daño que causa el calentamiento global es irreversible. Algunos expertos pronostican que sus capas de nieve podrían desaparecer dentro de 15 o 20 años. 

Bosque de Puyas de Raimondi. Otra parada obligatoria de regreso a la ciudad de Huaraz.

Por si a alguien le quedaba la duda, aquí otra muestra más de que vivimos en un país bendito.


Plaza de Armas de Huaraz, una joyita de la sierra norte peruana.