lunes, 23 de julio de 2012

Chanchamayo, esencia de Selva

Dese un salto por La Merced o San Ramón y compruebe que la naturaleza es bendita. Aroma a café, colinas verdes e interminables, campiñas extensas y llenas de frutos del campo, cataratas que vierten agua cristalina y biodiversidad en su máxima expresión. Alístese para una quimérica travesía por el corazón de la Selva Central.

Extensas campiñas y colinas verdes. Vegetación por doquier. Chanchamayo es un paraíso que destaca por su biodiversidad y por ser un destino perfecto para ecoturistas. (Click en la imagen para verla mejor)

 ¿Harto del estrés de Lima? Tiene que venir aquí. Una escapada a Chanchamayo será suficiente para cambiar de aires y, mejor aún, de panorama. Imagine los miles de edificios reemplazados por profusas colinas verdes; la caótica vía expresa convertida en una extensa campiña de cultivo  y el incesante bullicio capitalino suplido por frescos y melodiosos cantos de exóticas aves.

Eso es Chanchamayo. Esencia de selva. Pero no de cualquiera: de selva central. Ubicado en plena región Junín, es un excelente destino para las fiestas patrias que están a la vuelta de la esquina. Vale la pena animarse a recorrer este paraíso verde.

A SU MERCED
La Merced no solo es capital de Chanchamayo, también es la Capital Cafetalera del Perú. Precisamente, su generosa y nutrida vegetación y el ineludible aroma a café (ver apunte al final) son dos atributos que invitan a conocerla.

Atractivos obligados para comenzar la travesía son el puente colgante Kimiri, construido en 1905; el perfil del indio Juan Santos dormido, formado por la conjunción de dos cerros de alta pendiente, y el mirador Villa Progreso, desde donde es factible obtener una privilegiada vista de la unión de los ríos Perené y Chanchamayo.

Asignatura obligatoria también es visitar dos de las más emblemáticas caídas de agua de la región: la catarata de Bayoz y Velo de la Novia. Ambas se encuentran a 31 kilómetros de la ciudad de Perené —a 20 minutos de La Merced— y cuentan con caídas de agua cristalina, proveniente del río Bayoz, que superan los 60 y 120 metros de altura respectivamente. La zona es ideal para acampar.

Otro punto fijo en el itinerario debe ser el jardín botánico El Perezoso. Este complejo ecológico posee más de 20,000 especies de flora, entre las que destacan plantas medicinales y ornamentales como orquídeas, bromelias, crotones, cedro caoba, tornillo, moena, pino chuncho, uña de gato, sangre de drago, bejucos, ayahuasca, zarzaparrilla, cascarilla y aguaje. Los duchos guías se encargarán de facilitarle la explicación respectiva.

A 18 kilómetros de La Merced, se encuentra la comunidad Pampa Michi, conformada por familias de la etnia Ashaninka. Si usted es de los que se aventura a interactuar con los nativos, esta es una inmejorable oportunidad. Pareciera como si el tiempo no hubiera pasado para ellos. Mantienen sus costumbres y no están contaminados de la modernidad. Visten las típicas túnicas pintadas a mano, llamadas cushma, como las que usaban sus antepasados.

Por último, su primer recorrido podría finalizar visitando la caverna La Olada, a 20 kilómetros de Perené. Se trata de una formación en cuyo interior pueden observarse estalactitas y estalagmitas. Tiene una garganta de 35 metros de altura por 40 de ancho y 1,500 metros de profundidad. Si le asustan los murciélagos, piénselo dos veces antes de entrar.

ENTRADA DORADA
El viaje debe continuar, sí o sí, por San Ramón, uno de los seis distritos que conforman la provincia de Chanchamayo. Conocido como La Puerta de Oro de la Selva Central, este pequeño y pintoresco pueblo es el núcleo del movimiento de la región.

Rodeado de cerros llenos de vegetación y propenso a muchas lluvias durante el invierno, San Ramón se las ingenia para gozar de una importante producción agrícola y ganadera. La más próspera de la zona.

Su primer stop debe hacerlo en el Área Natural Protegida de Pampa Hermosa, a 24 kilómetros de la ciudad. Este bosque, hoy Santuario Nacional, tiene una superficie de 11,543 hectáreas y es hábitat de uno de los árboles milenarios conocido por los pobladores locales como "el abuelo": el cedro gigante, de 38 metros de altura por 20 de diámetro y 300 años de antigüedad.

En ese espacio natural también encontrará flora y fauna típica de selva alta. Gallitos de las rocas, osos de anteojos, tucanes, tigrillos, mariposas, helechos y orquídeas son algunos ejemplares con los que se cruzará, amén de los miradores naturales, cataratas y otras bondades que descubrirá allí.

Pero el espectáculo natural no acaba allí. El siguiente punto del trayecto debe ser la catara El Tirol, a cinco kilómetros de San Ramón. Sus 35 metros de altura ostentan una furiosa caída de agua cristalina con tonos de verde esmeralda que toma prestados de la selva. Flora asombrosa y magnífica adorna y acompaña el paisaje: lianas, helechos, orquídeas, palmeras y frondosos árboles.

San Luis de Shuaro podría ser su siguiente parada si plantea conectar con otro destino. Ocurre que este es el distrito con menos desarrollo en toda la provincia y solo posee las cataratas de Sanshirio como máximo atractivo. Eso sí, es el primer pueblo que aparece en el desvío a Oxapampa y por tal razón es muy transitado. ¿Oxapampa? Sí. Más Selva Central para disfrutar. Pero esa es otra historia que amerita otro post.

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Ruta del placer
Mención aparte merece una propuesta turística impulsada por el  Gobierno Regional de Junín, pero poco aprovechada por los operadores locales: la Ruta del Café. Como buen productor del grano, Chanchamayo alberga una serie de fundos que conforman un atractivo circuito ideal para ecoturistas ávidos de experiencias ligadas a la naturaleza. El Fundo Brasil y el Fundo Monterrico son dos puntos obligatorios en este camino. Se trata de construcciones del siglo XIX que aún mantienen la arquitectura de la época y en donde el apego a la tradición se evidencia también en la forma de cultivar el café. Por supuesto, las variedades de la semilla están a la orden del día: borbon rojo, azul y el café redondo.

El recorrido finaliza en la planta de procesamiento Chanchamayo Highland Coffee, compañía que exporta el grano a Italia, Finlandia, Suiza, Francia y Alemania. Solo por mencionar algunos mercados.

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Datos útiles

Ubicación: Chanchamayo es una de las provincias que conforman el Departamento de Junín. Limita al norte con Pasco, al este con Satipo, al sur con Jauja y al oeste con Tarma.

Clima: Los valles de Chanchamayo y Satipo (selva baja) tienen un clima tropical, cálido y húmedo, con una temperatura promedio de 24°C (75ºF), una máxima de 32°C (90ºF) y una mínima de 14°C (57ºF). La temporada de lluvias va de octubre a abril, por lo que se recomienda viajar entre mayo y setiembre.

Cómo llegar: Vía terrestre (la más tradicional) desde Lima, el viaje dura entre siete u ocho horas, tomando la carretera central y pasando por Chosica, San Mateo, Infiernillo, Ticlio, La Oroya, y Tarma.


Comparto algunas de mis fotografías. Hagan click sobre la imagen para visualizarlas mejor.


Plaza de Armas de Chanchamayo

Puente colgante Kimiri, construido en 1901 por los pobladores de la zona con el afán de comunicar ambas márgenes del río Chanchamayo.

Tiene una longitud de 75 metros y su arco principal, construido con cal y canto tiene una puerta de acceso de 4 metros de alto.

Perfil del nativo dormido. Al observar la silueta que forman las montañas es posible apreciar el rostro, torso y parte inferior del un cuerpo. Algunos pobladores refieren que se trata del perfil de Juan Santos Atahualpa.


Confluencia de los ríos Chanchamayo y Paucartambo. Está en el anexo de Villa Progreso.

Turistas moviéndose al ritmo de las danzas de la comunidad nativa de Pampa Michi.

Río Chanchamayo

Catarata de Bayoz, en el distrito de Perené. Está compuesta por dos saltos de agua que en total suman 60 metros.

En las altas paredes rocosas de la catarata se puede practicar descensos de rappel.

Planta de algodón.

Otra catarata: Velo de la novia. También en Perené. 120 metros de caída de agua, que para contemplarla mejor es necesario descender hasta el Cañon de Yurinaki.


Panorámica del valle de Chanchamayo. Queda claro por qué se le llama "ceja de Selva".


Por fortuna, las pistas y carreteras en Chanchamayo están en óptimo estado. Recorrer la región en auto es más cómodo que hace 10 años.



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